Por favor, dime Luna, que me ama
aquella a quien yo he amado,
aquella que sin saberlo me ha robado
el corazón, la pasión y la vida.
Dime, Luna, que sueña conmigo,
que vive pensando
que algún día, como hablo contigo,
le diré a ella que la amo.
Cuéntame que la has oído hablar de mí
en los momentos que la noche embargaba
y elevando sus ojos con brillo secreto hacia a ti
te confió que de alguna manera me amaba.
¡Háblame!, pero quizá no te crea
por el temor de confiar mi sueño a otro sueño
que vive cambiando de cuarto en cuarto
y desaparece cuando hay Luna Nueva.
¡Háblame, por favor, aunque me mientas!
Aunque me hagas vivir de un espejismo
y crea que beberé de su mirada, cuencas de manantial benditas,
si al fin y al cabo un sueño y otro son lo mismo.