La tierra de mi interior,
clama por la productivad,
semillas del bien,
mientras me alejo de la verdad.
La tierra de mi interior,
no se puede sembrar de lo exterior,
ni esperar cosechas baratas,
con conductas ingratas.
Combates de tierra adentro,
luchas constantes con perseverancia,
aferrándome de un centro,
porque la vida misma es el reto.
Preciso del verdadero agricultor,
a mi corazòn,
ya has entrado Señor,
perdón por el pecado
y cualquier error.
El fuego del combate se abre,
mi corazòn de impotencia arde,
solo tu amor libera y sana,
a pesar de las caídas,
el mal nunca gana.
Combates de tierra adentro,
luchas constantes con perseverancia,
aferrándome de un centro,
porque la vida misma es el reto.
Ante los desafíos de la vida,
pido a Dios el entendimiento,
buscando en mi interior,
los buenos cimientos.
Los buenos cimientos de tu amor,
contruyeron un gran pilar,
pero existen muchas heridas por sanar,
y muchas metas por alcanzar.
Combates de tierra adentro,
luchas constantes con perseverancia,
aferrándome de un centro,
porque la vida misma es el reto.
En la tierra de mi interior,
se prende el combate,
el bien y el mal,
entran en un fuerte debate.
Un fuerte debate habita en el interior,
mas allá del combate y del dolor,
recuerda que debes alcanzar un centro:
el amor de Dios.
Combates de tierra adentro,
luchas constantes con perseverancia,
aferrándome de un centro,
porque la vida misma es el reto.