Y yo, sigo alucinando que algún día alcanzare las estrellas,
Sigo creyendo en mí, pero vagamente, con toques de melancolía,
Con presencia ida y desvanecida por el viento,
Una decadencia, bobamente echa por mi porfía,
Como si fuera mi propio soberano, en mi cuerpo,
Como si fuera en vano simplemente…