Sin preámbulos falaces, me sincero,
no habrá rimas ortodoxas en mi haber.
Soy la víctima del peor atentado al hombre,
Soy la falta de cultura y de perdón.
Cuando faltan libros en el pueblo,
cuando sobran brutos y rencor,
Ya no hay esperanza alguna,
para aquel que sus letras olvidó.
¿Quién se atreve a hablar de igualdades,
sin antes igualar la educación?,
¿Quién dijo algún día, que sin libros se vive mejor?
quien lo haya dicho, no conoce el dolor.
Es tan sabio el que lee, el que ama su misión,
y tan hipócrita el que niega, a su pueblo la narración.
No existirá posibilidad alguna, de salir de lo peor,
si no se le da al mundo, un libro y una canción.