marco augusto

Una rosa blanca

Ese tiempo agraciado que pernota

en mis angustiadas noches de memorias,

 esos momentos repletos de antiguos  afectos

donde despliego mis triste velas

y navego por horizontes desconocidos

 en busca sus amorosos besos ,

ciega el alma de tantos

alejamiento impuesto por la adversidad

vocifero airado al viento cuanto la amo

y declaró con inenarrable impotencia las únicas palabras

que rompen mi silencio

¡DE QUE VALE ESTE AFÁN DE SUBSISTIR SI NO ESTA ELLA!

y en un instante de soledad absoluta y casi desvariando

siento sus manos blancas de mariposas revolotear sobre mi pecho

y tatuar sobre mi corazón enamorado una   

hermosa rosa blanca

la misma que le coloque en sus blancas manos

el día que le juré  amor eterno.