Ana Maria Delgado
CAMINA BAJO LA LLUVIA BUSCANDO RUMBO
La soledad y el silencio,en decidido frenesí acceden, al prodigioso florecimiento de sus íntimos deseos,….unen sus fuegos….frente a sus ojos,en los que hasta hace pocose podían ver sus sueños inquietos e insaciables … que se deslizaron a través las fisurasabiertas por la tempestad implacablede codicia y maldad. Se desagarran largos y débiles sollozos,al amparo de la melancolía,una lágrima apresurada emprende camino, para perderse en medio de su húmedo atavío,mientras un intrincado enjambre de ideasse extravían en su cabeza… Cuando la luz agonizante,se fuga de su habitación infinita,escucha en sus oídos el soplar del viento,su sombra se estremece …incomoda y temerosa,sus lastimados párpados combaten el sueño,su esperanza jadeante se arrastra por el piso,buscando alcanzar el borde de su vestido…..un suspiro agitado se eleva,y flota en medio de partículas de polvo,para suspenderse al final,en el fino cristal del ventanal ovalado,en donde se refleja la lunacontemplando su belleza nacarada . La madrugada aspereza y oscurale despertó con brusquedad,revelándole una ausencia inesperada,…desde entonces …expectante y afligida,impedida por convicción y dignidadpara penetrar por la tenebrosa puertadel misterio de la injusticia,busca sin pausa razones lógicas al porqué ilógicode los actos reprochables, castrantes y abusivos. Con el corazón conmovido,en merecida ofrendaal encantador ángel cautivopactó con la esperanza, y en su intimidad llena de suspiros sus vacios y salta con fuerza sus abismos, para rechazar la casualidad injusta,la malintencionada acción mercantilista,que ha provocado consternación y sufrimiento. Con franca simpatíapiensa en el ángel cautivo…le imagina caminando en la espesura,con su valentía en la cúspide,aferrado a la fe,sostenido por los valiosos recuerdos,contemplando la luz del horizonte, traspasando sus temores,arribando hasta el mar de la esperanza,navegando sin tregua abrazando la fe,pretendiendo decidido pescarlos destellos esquivos de libertad. En su hombro se conserva intacta aúnla huella reciente de su tibia mano,en su rostro sigue sintiendo el agradable pose de su mirar amistoso … La mustia tarde languidece, como muchas lo han hecho desde su forzada ausencia, ¡se siente su ausencia!la dolorosa orfandad…y todo se vuelve infinito … infinitas las montañas,infinito el imponente volcán,infinito el cielo que llora con fuerza en señal de tristeza ,infinita la sed de verle,de brindarle un abrazo infinito … El viento… inocente ...por el ventanal ovaladoirrumpe transportando ecos …desde lejos…desde las montañas verdes… otrora sus queridas musasahora… sinónimo de ultraje…escucha…con atención …. pero no es su voz…aspira el aire usualmente perfumadopor la mezcla misteriosa que se fermenta en el monte,pretendiendo encontrar rastros de su olor……. se estremece …no hay vestigio del olor de la inocencia….lagrimas calientes queman sus ojoscual vidrio molido lastima su piel …. Tras un día interminable,le pesa su cuerpo….y se pregunta si en medio del trinar de los pájaros,del correr desaforado de las aguas de los riachuelos,del crujir de las hojas al quebrarsebajo el peso de los pies que se mueven sin cesar,de los ruidos indescifrables de la extensa montaña,él escuchará las voces que le cantana la libertad, a la autonomía, las voces que rechazan la vileza de su cautiverio. Creerás tal vez,que solo te acompaña tu sombra, pero caminando junto a tivan tu madre y tu padre brindándote abrigo,tu hermano y hermana prodigándote cariño,va la dueña de tu amor regalándote besos tibios,va tu amigo, tu vecino, el ser anónimo conmovido,…voy viajando contigo ….vamos todos esperando arrullarnos en tu recuerdo,para aparecer en los instantes dolorososcuando la tristezaamenace ser más feroz que tus verdugos… Tengo fe de que pronto veréa través de tus ojos la transparencia de tu alma… POR: ANA MARIA DELGADO P.