Hay una distancia que más parece un abismo.
Aún así, cada mañana, siempre tuya y fiel, sentirás mis besos penetrantes en tu boca y el roce de mis dedos paseando por tu piel. Y al sentir tu boca plena de sensuales besos. Y al notar mis dedos resurgiendo en tus entrañas… Verás a la distancia alejarse por momentos y a mi verbo hecho carne, surgir entre tus sábanas. La separación, serán mínimos puntos en lo indefinido de dos espaldas mojadas por el mismo calor; convergentes sobre el éxtasis que fluye de los dos… Derrocando el poder del templo de los sentidos.