Sobre la brisa del orinoco
cabalga por tí, mi cariño,
la carga de mis ensueños
con un Adios, mi pañuelo.
Ondear de aguas tranquilas
acompañadas de viento,
una garza blaquesina
se refugia en su apocento.
La luz del atardecer
se dibujan sobre el río,
a tí te doy mi querer
porque en tu amor yo confío.
Por: Manuel Palacios.