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GRAN CONFUSIÓN

Recuerdo aquella mañana
de agosto del año 2007
que en casa de tu abuelita
despertastes una mañanita
dando gritos, desesperados...

¡Papá mi vientre!
¡Papá me duele!
¡ahy!, ¡ahy!, ¡Papá!...
sin parar repetias,
una y otra vez, más...

Quejandote del dolor
aquel que no podías aguantar
y en tu desesperación
por querer ser mujer...

Sólo podía imaginar
¡llegó su primera mestruación!...
¡me decia para mis adentros!...
con mucho orgullo mi amor...

Corrí, casi también desesperado
a indicarte cosas,
que yo ni idea tenía...
no sabía ¿como era?,
ni ¿que sucedía?...
pero lleno de valor,
para dar aquel paso ese día...

Te indicaba,
¡metete corriendo al baño hija mía!
¡sientate y espera!
¡no te desesperes!
¡ya pasará!,
¡ya vendrá!...

¿Si te duele?,
¡aguanta mi reina!
¡que eso es normal...!
sin tener ni idea,
de lo que decía...

Mientras tú, en aquel baño...
yo corri a la cocina
recordé que en mi familia
se hacia un té de manzanilla
cuando llegaban esos días...

Una vez hecha la infusión
soplaba con desesperación
apurando su enfriamiento...
a todas estas aún no entiendo
¿para que se deja hervir?
¡si hay que dejarlo reposar!
para poderlo tomar...

Fuí al baño, con la tacita
diciendo ¡tomala con cuidaito!
porque ¡está caliente todabía!...
esperando aquel momento
sentado allí en la puerta afuera
para abrazarte cuando salieras
convertida en mujer
por tu primera mestruación...

Después de un rato mi amor
ya salistes más aliviada
y yo sin saber
¿que preguntar?,
ni ¿que decir?
sólo se me pudo ocurrir
¿como fue todo mi amor?...

En medio de tú picardía,
tú respuesta aquel día, fue
¡te voy a decir la verdad!...
¡Anoche cuando todos dormian!
¡tenia mucha hambre papá!
y me preparé una tortilla
con tres huevos, nada más...

 

Así es que no me vino
¡la mestruación!
¡sólo tenía indigestión!...

Héctor Molina