Cuando una rosa te
ofrezca aroma, cuando te
brinde su esplendor, no la
desprecies ni la marchites,
no la conviertas en oropel
porque sus tallos pueden
hincarte y sus panzadas
suelen arder.
Si enojos brindas; eso
tendrás, si das cariño;
recibirás y, si tu suerte no
la pediste, no te descuides
que se te va…entre los
pétalos de aquellas rosas
que sus encantos te gusten
más. Y, un día después, te
lamentarás.
PABEDIZ…