Luis Rayo

VIDAS DESPERDICIADAS

 

¡Ah! La tristeza del cielo por

los hombres en la tierra,

con sus nubes que naufragan

despertando en la tormenta

a lágrimas que se amotinan

en las alturas desde su alma.

 

El cielo con sus colores grisáceos,

de rojo violento y ceño fruncido,

con truenos de luces se asoman

bajo faroles de indiferencia

de la conciencia dormida.

 

¡Ah! el cielo estremecido

por vidas desperdiciadas,

ve a los seres torcidos

desde el tronco hasta las ramas,

arrastrando su sombra de noche,

donde la negritud de los tiempos

se vuelve la mediocridad de la vida.

 

Así, las horas creativas

con latidos de esperanza

son sin misericordia descabezadas.

 

¡Ah! el cielo despejado,

con otras nubes, con otros tiempos,

algunos pájaros han retornado,

pero no son los nuestros.

Las sonrisas han surgido

de las caras vetustas y muertas,

pero no son las nuestras.

 

El sol que vive en eclipse ha vuelto,

pero no con aquel brillo

que alumbraba el firmamento,

y este cielo de lamentos pero con sentimientos,

es eterno y es lo nuestro.