Quedamos parados,
en medio del campo de trigo;
el fondo verdoso de yerba tupida,
los cuerpos tostados color ébano.
Fijamos la vista en casa del amo
que se yergue en la cercanía,
disfrutamos unos momentos
de libertad tan soñada.
¡Oh linda negrita de cuerpo trigueño!;
el vaivén de tu cimbrada cintura
me enloquece, me estremezco
cuando acaricio tu piel sedosa.
Con las manos febriles y temblorosas
te aprieto contra mi pecho;
caemos excitados en el suelo,
dejando libre nuestra pasión contenida.
Nuestros deseos unidos;
…entrelazados
como zarcillos de la vid,
emprendemos nuestra danza antigua ritual.
Vibrando al unísono, inhalamos
los aromas de nuestros cuerpos;
hacemos el amor con intensidad,
con desesperación ;
se mojan nuestros rostros por la lágrimas
Gimiendo, sudando
en perfecta sincronía de caderas
seguimos hasta tocar la cúspide del goce.
Merche DemBar
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