A ti, que te has ido en una noche fría,
Mientras mil besos se escondían
En tu mirada al encontrarse con la mía.
La ternura de tus ojos oscuros
Se difundió sobre los míos,
Logrando componer la sinfonía de mi alma.
Aquella sinfonía que escucho al amarte.
Aquella sinfonía sin nombre,
Sin letra, sin sonido, sin final.
A ti, amor que amo,
A ti te escribo,
A ti te sueño.
Ahogados en la agonía del porvenir,
Viviendo para soñarte
Y soñando para vivir mis sueños.
A ti, amor que debería estar muerto,
Sepultado entre las más hermosas rosas,
En el jardín de mis recuerdos.
A ti, que me enseñaste a amar
Aun estando distante,
A ti te canto, la triste sinfonía de mi llanto.