De tanto extrañarte me duele el humo de mi cigarro,
hasta la luz se hunde en mis poros para buscarte en mi piel que te reclama.
De tanto esperarte la poesía se agotó y ahora te busco en otros cuerpos de mujer.
Y te deseo tanto como ayer en la noche,
cuando te escondiste en mi cama para huirle a tu dolor.
La noche cesó,
pero no el dolor que me dejó tu piel al tatuarla en mi piel.
No cesó, el dolor no cesó.
Ni las ganas locas de que seas para siempre piel de mujer en mi piel.
De tanto extrañarte,
me he resignado a otros besos que no merezco por estar amándote.
Soy un infiel cada vez que le digo a otros oídos que los amo.
Soy un hombre infiel si no estoy contigo.