Vey

A un dulce silencio

Jamás de tus labios

oiré palabra pronunciar

pues el habla te fue vedado

al nacer, más esto me ayudó

a comprender que no sólo

se habla gracias a la voz,

el alma tiene sonidos

inconfundibles al corazón.

Tu dulce silencio

candor en flor,

susurró en tus besos versos

llenando de música

la habitación.

Tus ojos, tu piel, todo tu ser,

fue palabra y música

que me enseñó a creer

que el amor, trasciende la piel.

 

© Veyra C. Jackman Ojeda. Todos los derechos reservados