Blanca como la bruma de sus costas,
como la niebla en los caminos que la recorren,
los niños orgullosos, la admiran izándola,
con sus guardapolvos inmaculados.
Celeste y soleada, en el cielo coronada,
ella da sentido a mis protestas,
a mi impetu de defender su moral belleza.
a ella mis letras son dedicadas,
el mar orgulloso la admira y engalana.