¡Oh Cupido!
Te pido que seas indulgente,
tu bondad es infinita,
tu amor es excesivo,
vuelve tu mirada a los dolientes,
toca el corazón de mi amada,
aunque alejados de ti estemos,
dadnos el néctar del amor,
pues no hay peor castigo
que el morir en el desierto
con la sed de enamorado.