Quise montar un negocio
para vender sabrosa chicha
en una calle pequeña
donde hay gente sin malicia.
el negocio es muy serio
como una buena franquicia
ofreciendo calidad,
la mejor de cuanto exista,
para vender buen producto
cuando alguien solicita.
Poco ha valido el esfuerzo,
la demanda es muy estricta,
y por más que hago intentos
la ganancia nunca es vista.
Pero yo sigo campante
hasta que el cuerpo resista
porque emprender un negocio
no es como comer papas fritas;
pues todo comienzo es duro,
y entenderlo se precisa,
para saber que la venta
escasea y se agudiza
y nos deja muchos costos
y una ganancia extinta...
Pero yo sigo en mi afán
con mi franquicia de chicha
a ver si logro algún día
que mi marca comercial,
esa que me identifica
sea famosa en el mundo
como “Tommy”con sus camisas
o franelas “Aeropostale”
que son buenas y bonitas,
como “Calvin Klein o Armany”
como “Lacoste” o “Adidas”
o algunas tantas otras
que a la gente encaprichan,
pero yo sigo afanado
señores con mi franquicia
y si fallo en el intento
de querer vender mi chicha
cambió el diseño del carro
y vendo panes con salchicha.