Ni llamadas, ni claveles ni rositas
son sufucientes para remediar la ausencia,
ni palabras de amor casi marchitas
lograrán resanar si no existe paciencia.
Han pasado muchos días sin tu mirada,
se ha perdido la ansiedad por tu caricia
tu palabra ni un suspiro me propicia
tengo el alma a esta fecha congelada.
Y tiritando por este frío, agoniza
poco a poco el sentido que mi piel
daba a la tuya, tu caricia es de hiel,
y maguya y a mi sangre paraliza.
Se hacen cuágulos dentro de mis venas
se convierten en tumores tan malignos
que tus besos de antes benignos,
me desatan un cáncer por las penas.
Y maldigo el momento en que tuve
para tí un poquito de cariño
más sabio el valor de un niño
con el que mi amor por tí nunca contuve.
Y solo me resta hoy decirte
estoy cansada del desmadre que creaste
nada queda en mí, todo mataste
y a la fecha por tí y por mí solo hay asco.