Llegas ansiosa y presurosa conmigo,
al compromiso del amor, de la pasión, de la lujuria,
dejando tirado todo lo que tienes puesto,
como si fuera el último día de nuestra vida.
Mis brazos te reciben y te acarician,
exploran tu cara y tu cuerpo voluptuoso,
mis ojos recorren tu figura y tu belleza,
lo oculto ya no lo es.., el alma tampoco.
Mis dedos empiezan a reconocerte,
sutiles te tocan el cuello, la nuca y tus hombros,
como si fuera la primera vez de nuestro encuentro,
tus ojos se cierran y tu respiración se agita.
Es el rito del amor que apenas inicia,
tus labios húmedos esperan dóciles,
mis labios apenas los rozan y los muerden suavemente,
exhalas un gemido de aprobación y pides más.
Bajo mis caricias a tu vientre y tu espalda,
y respondes con espasmos de placer,
luego toco tus tesoros guardados celosamente,
solo para estos momentos de disfrute plenos.
Mi cuerpo ardiendo se consume en tu pasión,
mi virilidad te busca y por fin te encuentra,
que hermoso momento.., tanto tiempo esperado,
llega al instante el ritmo del amor y de la entrega.
Mis manos palpan tus caderas y te acercan a mi vientre,
abandonada al éxtasis te encuentras completamente,
como si estuvieras agonizando con un placer eterno,
es así como los amantes quisieran morir.
En la pasión nos dimos nuestros extractos de vida,
disfrutamos lo que el erotismo nos pidió,
al final nuestros ojos se encuentran con ternura y serenidad,
después del éxtasis supremo del amor…
regiopoeta