Soy tuyo por donde lo mires:
Por mis ojos agrios que se vuelven dulces
cuando tu mirada me hace la ola
por la displicencia de tus manos moras
que me cosquillean para que me anime.
Por tu fe que exime mi remordimiento
de entramados tristes que llevo en alma
por el agua clara de tu cuerpo en calma
que inunda el espacio de todo un tormento.
Por tu risa fresca, primer elemento,
que agrada a mi boca para saborearte
por tus labios firmes y tu beso experto
que explora mi cuerpo para consolarme.
Por la maravilla de haberte encontrado
en ese desierto de arena e infierno
donde a contramano la naturaleza
quemaba de ausencia mi poblado invierno.