Tu principio es simple y sonoro
Tú has nacido de entre la nieve
Y has traído contigo el Sol.
Largo ha sido tu camino,
Difícil y doloroso, pero nunca te has vencido,
Ahora disfrutas de tus recuerdos y sonríes al mañana
Oh gran roble has caído en la tentación, pero eres puro.
Tus ramas, ya secas, cuentan muchos ayeres
Llenos de victorias y fracasos, llenos de pureza y de pecado.
En tus muertas hojas puedo verte,
Pero son tus nudos los que me cuentan tus heridas.
Inquebrantable es tu valentía,
Pero dócil es tu tronco…
Ahora, mi gran roble, vas sucumbiendo a la tierra
Tan tuya como de nadie más.
En la cual has visto caer a los tuyos
Y los has cobijado con tu gran sombra que los protege.
Roble inquebrantable, no te quiebres
A los vaivenes del destino…
Siempre mantente fuerte y con tus ramas a lo alto.
© Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos reservados