Piel al aire, cuerdas.
Brillo negro y metal.
Cuerpos sin ropa y de pie,
ropa de cuero y correas.
Sombras, luces de velas lejanas.
Se respira humedad y silencio.
Un látigo cruza el aire y suena en las carnes,
sale un suspiro ardiente,
los dientes se muestran con excitación...
El deseo de un ser inmovilizado
como dádiva de quien domina la escena.
Quédate quieta, haz lo que digo.
El tiempo pasa incontable
en éste juego infernal.
Es el delirio de la locura,
límite mismo de la razón.
Verte fuera de tí, bajo mi control.
Dominación y Sumisión es el juego,
invitación de placer hasta doler.
Mi lengua irá donde yo quiera que vaya.
No creo que hayas sentido algo así antes,
lo noto en tu carita de niña mimada
desdibujada en rictus de placer y lágrimas,
lo noto en tu ropa bonita hecha pedazos.
Un guante de cuero negro que se mete dentro...
Tu culito rojo y caliente
por la cascada de nalgadas
ganadas por tu malcriadez
se alza con descaro
y en desafío, como pidiendo mas...