En tan solo nueve meses,
un pequeño capullito,
se formó con mucho amor.
Un día de primavera,
ese capullo nació.
Tenía alas de colores,
con sueños e ilusión,
y ya no era un capullito.
En una hermosa mariposa,
poco a poco se transformó.
Al cumplir sus quince años,
llegó a su máximo esplendor,
agitó sus alas con fuerza,
y sus sueños realizó.