Con serenidad te presentaste,
alegre, jovial, llena de vida,
ternura y cariño destilabas,
lo sentía y lo sabía…, eras tú.
No nos conocíamos,
jamás nos habíamos visto,
sin embargo.., te presentí,
un tumbo dió mi mente y mi razón.
Algo había inquietado a esos entes,
fríos, calculadores, ecuánimes, sobrios,
lejos de negar tu presencia, la aceptaron,
dieron la oportunidad de la duda razonable.
Con certeza jamás habían vivido tal hecho,
empujados al rincón de la frialdad,
dando espacio a la emoción, al sentimiento,
dejandote que actuaras libremente.
Llenaste de ilusiones, emociones y amor,
todo ese hueco ausente de vida,
reordenaste lo que tu alegría consideró,
desechaste la amargura, el rencor y la tristeza.
Hiciste eso…, ahora que sigue?
enseñarme nuevamente a amar,
enseñarme a perdonar, a olvidar,
enseñame a que tú…., seas parte de mí.
regiopoeta