Aura que rodea mis ostentos
palpita infalible mi constancia.
Ansia de quietudes y lamentos
que efunde en el vacio la distancia
ungiendo los sueños despiertos
del influjo que desprende tu arrogancia
y en el cantil de mi sueños se detienen
las rosas puestas en tu vientre.
Trémula la ilusión falible
vierte su piel austera fragosa
vallada con espinas tangibles
que buscan en la corteza frondosa
errar con rumbo la soledad posible
cual si fuese victima ponzoñosa
alojada en arrabales sin nombre
sin beldades que te hieran o te asombren.
Débil es la inmediatez del alma
que busca revertir en tu consuelo
los sueños que despierta el alba
y aleja de lugares inciertos
los ojos que de nuevo se detienen
a ver el mundo ignoto de sus sueños
la espesa realidad que en un tiempo
dejo de ser badén en quienes creen.