Señor
Te pido, humildemente,
Que hagas entender a tus hijos
Que somos todos una misma prole
Y tenemos el deber de amarnos y ayudarnos;
Que eres Krisna, y Alá, y Yahvé, y Jehová, y Cristo,
Y eres también más
Que esas humanas denominaciones.
Te ruego
Hagas de nosotros, los humanos,
Seres verdaderamente humanos:
Reales, honestos, francos,
Ajenos a las intrigas y los golpes,
Amigos de la paz y el pensamiento.
Haznos
Buscar más la belleza interior que la aparente,
Anhelar lo que de veras es profundo,
Endulzar las palabras y los gestos,
Servir con una sonrisa.
Que así, Señor, entendamos
Que en el Amor no son terribles las espinas:
Las espinas están coronadas de rosas;
Que vale más un jardín que una fábrica
Y, más que un batallón, una biblioteca;
Que es dichoso el que crea un oasis
En un mundo hostil y devastado;
Que vale más sostener que encadenar.
Ayúdanos, Señor, a ser más humanos
Y entender que la Vida es hermosa sólo si es fecunda,
Y es fecunda sólo al ser pacífica.