Por cada sonrisa dadivosa
Un verso escondido
Una estrofa que el poeta habría ansiado tenido.
Por cada saludo en la alborada
Una respuesta eufórica a tu llegada
Una flor nacida del alma dormida.
Por cada consejo de atrición
Un recuerdo en lo efímero de mi vida
Un obsequio que jamás se olvida.
Por cada mirada de amor fecundo
La flor inmaterial de mi esperanza
Un camino cargado de bonanza.
Por cada lágrima derramada
Un adiós... mi blanca golondrina
Mi única y siempre amiga.
Por cada camino, solitaria
Mi compañía en tu recuerdo...
Mi burrajo cuerpo.