Andabas buscando con la mirada
Y llegaste volando por la sonrisa
Con maletas pesadas de sueños
de amor, de libertad y de vuelos
Caminaste en silencio por la cornisa
Abandonando pretensión mayor a otra mirada
De pronto un hola, de pronto un beso
Dieron otro cariz a cada encuentro
Primero, el descaro
La provocación a toda regla
Luego, el fuego que incendiaba cada momento
Y de tanto en tanto un comentario cómplice
Un descubrir un espejo
Lentamente como las cosas que duran
Y en la oscuridad para que nadie lo note
Fuimos cerrando la puerta
entrelazando cuerpos
analizando mundos
intercambiando sueños
realizando fantasías
Construiste en silencio un rincón en mi
Que, a veces, compartes conmigo
Y así tantas veces es a veces
Que aquí me tienes
Aguardando el próximo a veces
Que con eso basta para alimentar mi alma