En el espejo una imagen
radiante cual mirada
de joven enamorada.
Las arrugas son visibles
y le dan serenidad
a este rostro
que revela
un corazón rebosante
de paz y felicidad.
Esta, se bien, es mi efigie
y me llena de orgullo
en ella poder mirar
las huellas de una vida plena
en la que no escatimé
brindar mi amor y cariño
disfrutar la sensualidad
de mi cuerpo
complementado por tu virilidad.
Al observarme al espejo
percibo que soy dichosa
y esa es la imagen más bella
que puedo tener de mí.