Dentro de mi se siente, se vive, la pasión ferviente que te profeso, para que mis sentidos se transfiguren y vuelvas a matarme nuevamente.
Mi pecho se ha quedado mudo, entre tormentos de lucidez y de manía, para aceptar lo que ahora siento.
Quiero decirlo
Y ya no puedo, o es que puedo, no lo sé.
Pues he teniendo el sentimiento resguardado, tanto tiempo.
Y entre matices de juicio e insensatez se transfigura mi existir para poderlo decir ahora.
Ya no sé si sea bueno o malo
Pues en esa lucha interna que día a día impulsada por no sé que y hasta no sé cuando, en la que me riño todos los días, me encuentro aquí en el vacío, fuera del tiempo y el espacio.
Ya no puedo, y lo digo, y me escucho rara y me siento más.
Con la amplia profundidad de la palabra, lo digo con el pecho en llamas y el apremio de la perplejidad.
Es el destino para ambos vivir quizá así.
Pues te pienso, te leo, te veo, te oigo, te huelo, te toco, te gozo, todo el mundo para los dos.
Te amo y no lo puedo decir, no puedo, la lógica y la razón no me lo permiten.