Si naciera otra vez,
si me dejaran
elegir el país, ponerles nombre de ciudad a las cosas,
escoger mi trabajo, la gente con que hablar y a mis amantes
me sería difícil,
muy difícil
decir en qué lugar, con qué tono la piel y a cuántas leguas de Dios
volver al mundo
lo que sí que he aprendido en este tiempo es que no hay nada
que resulte evidente ni hay certeza
que sea incuestionable
volvería, eso sí, a confiar en la gente que aún sospecha de mí,
volvería a tratar de estar contigo,
a amar tu mismo cuerpo,
a dolerte quizás,
a enamorarte
volvería a ejercer el mismo oficio de poeta innombrable,
a dar los mismos pasos, a pintar
del color de la mies las vanidades y a fiarme
de los mismos amigos
lo demás
pertenece al paisaje y no me importan
ni la altura a que mueran de cirrosis las pájaros
ni el dolor de los árboles.