Tenebrosa mirada de la muerte,
coquetea conmigo mientras toca
la dolencia que piensa que sofoca
mi esperanza valiente, firme y fuerte.
Lucharé por cambiar mi triste suerte,
voy sacando la espada de la roca,
las palabras triunfantes en mi boca
gritarán que mi mal se ha vuelto inerte.
Me uniré a los guerreros de la vida,
y aunque sé que es difícil la batalla,
mientras viva mis armas nunca entrego.
Si en combate se anuncia mi caída,
aun me vaya mi ejemplo no se calla:
¡que no pare la guerra y abran fuego!
Copyright © 2011 José Luis Calderón
Poesía Agridulce Salpicada de Esperanza.
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