El viento frío de esta tarde lluviosa me recuerda a ti,
la brisa suave de aquellas lágrimas que caen del cielo,
me hacen recordar, la hermosa tarde que te conocí,
justo en este parque, aquí en esta banca pintada de azul.
Aquella tarde era fresca, el cielo se tornaba gris,
amenazando con la llegada de un gran tormenta,
tus ojos de una mirada atravesaron mi alma infeliz,
acariciaste mi dolido corazón con una sonrisa coqueta.
Sin decirme nada, tu ser quedo en el mas sublime,
meloso y dulcemente delicado de mis sueños,
contemple esa noche llegar y a una estrella exclame,
un deseo, que fueses tu el fin de mis lamentos.
Pasaron los días, han pasado varias lunas y...
Sigo esperando, el día en que de nuevo pueda,
volver a ver el universo en tu bella mirada,
y mi esperanza nuevamente por ti, sea cautivada.
Carlos R. Barrera