Hoy te he visto en un espejo
sobre las aguas del río.
¿Será que todo era un sueño
por querer estar contigo?
Se me han abierto las aguas
para darme a mí cobijo,
para acercarme a tu cara
y ver tu rostro divino.
Yo he mirado hacia el cielo
porque allí estabas tú.
Eras tú la del espejo…
porque eres un cielo azul.
Y me ha ayudado la brisa,
que se posaba en tus labios,
despertando tu sonrisa
y, corriendo, te he abrazado.
Te has convertido en espuma,
que el viento se me ha llevado,
te has escondido en la bruma
esta tarde de verano.
Hemos jugado a no vernos,
a escondernos y a encontrarnos
y cuanto más nos perdemos
más pronto nos encontramos.
Abrazados en las aguas,
entre arena, sal y espuma,
se citan nuestras dos almas,
se besan y al fin… se juntan.
Besos, abrazos, caricias,
aguas limpias, bellos sueños.
Se va rompiendo la brisa
en mil notas. Tú eres cielo..
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