Llegaste a mi vida vacía de esperanza
carente de sueños, caricias e ilusión
jugamos en nuestras cartas la ultima baza
ganando los dos la apuesta al corazón.
Yo daba por perdido el amor en mi vida
un nuevo sueño empezó a florecer
cerraste de mi alma todas las heridas
y ese amor nuestro no dejó de crecer.
En ese otoño gris en que me debatía,
no había espacio para amor o pasión,
mi vida vacía en sombras de apatía,
y me curaste ese estrago con tu corazón.
Siento tu amor con la madurez del otoño,
como bálsamo de juventud y un canto callado,
de esos amores ilusionados de antaño,
viviendo la felicidad de estar enamorado.
Que la vida nos cuide en el final de los años,
proteja de todo mal este amor que me das,
nos aleje de todo lo que nos haga daño,
terminemos la vida llenos de felicidad.
Ángel Reyes