Tú no tienes cielo
ni sabes brillar,
vives en el suelo
del profundo mar.
No hay constelación
donde tú aparezcas,
ni luz de farol
que se te parezca.
Estrellita de mar,
te queda el consuelo,
que siempre tendrás
el mar como cielo.
Alejando J. Diaz Valero