el duende

Es hora de cambiar

Es hora de cambiar

 

Maldita sea esta plaga

que se esparce como una maldición sombría

esta incertidumbre que se debilita,

Junto a unos pregoneros,

que no se ahogan entren sus seguidores,

los rayos de sol caen en este mundo

sin sabiduría ni sensatez.

 

Aquí donde las penas abundan en la vuelta de la esquina,

donde el instinto envenenado de las almas

crea personalidades,y olvida la esencia de donde venimos.

 

Ellos que no se si podrán dormir en paz

escuchando sus aullidos,

después de haber escupido tantos pecados

de sus lenguas perversas.

 

Ellos que maldicen con una sola mirada,

obstruida por si ilimitada creencia,

que inhiben sus fortalezas al verse superiores.

 

no muestran esencias,

ni divinidad

ni humildad.

 

Dentro de antros de primera

se reúnen , y comparten sus aparentes  victorias de errores

la realidad de su sensatez

 al mundo de escarlata

y rojo, cuando levantan las armas con espasmo.

 

Fervientes, para ser mas poderosos de lo que son

sin  mirar los horrores,

que van mas allá de lo insufrible

 

Que pasa con las melancolías, atrapadas en lagrimas,

que pasa con el sufrimiento humano,

¿Qué pasa?  ¿Qué pasa?

 

Debería ser hora de parar el dolor intenso

debería ser hora parar ese mar de sollozos,

que envuelve al mundo,

debería ser hora, de dejar que los hombres se metan n las trincheras

para no matar al mundo, que no saben defender

 

Basta de bestias sometidas

farsantes sin verdad desnuda

dejar que alguien sea capaz de buscar respuestas alternativas

dejar vivir con otros criterios preliminares

basta de gobernar