Tu sombra espera agazapada las garras de mis labios.
Deseos que son órdenes te nacen de los ojos
y acarician mi pelvis.
En esta ansiada noche hay un verbo en tu espalda
y un jugoso reclamo que me incita a un poema.
Venimos desde un antes a un presente que quema
de una dura memoria a un arder en la yemas
y estamos transitando el amor que nos llama
para hacernos incendio que nos queme las penas.
Salimos de un pasado oxidado en la venas
de un dolor que anulaba la sonrisa del día
pero estamos ahora en la luz de las sombras
estallando de estrellas con tu carne y la mía.