Como penetra la indiferencia cuando de ti se trata,
Como arde el resentimiento que corre en mi alma.
El tener que negarme a mirarte,
Deja una huella imborrable en toda mi entidad,
Dolor, sufrimiento, agonía por tener que hacer lo que creo correcto.
Que del cielo una señal me den,
Pues contigo ya no se que más hacer:
Te miro, me miras,
Pasa el tiempo, te niegas a mirarme y entonces
Me niego a mirarte y el juego sigue sin querer pararse.
Angustia, dolor y enojo en mi mirada hay,
Por tus torpes comentarios que no se si son verdad.
Que terrible es la indiferencia que me hace vibrar al tener que tratarse de ti,
Sin poder negar que tal vez sea mejor terminar lo que ni siquiera ha podido comenzar.
Tantos cambios, tantas actitudes contrarias en ti y en mi hay,
Parecemos dos polos opuestos,
Calor y frio,
Hielo y fuego,
Tierra y cielo
Mar y suelo.
Como quisiera pensar que esos polos se pudieran juntar,
Y poder vivir en paz,
Tu alma junto a la mía,
Y cada elemento congeniar
Como el yin y el yang juntos por toda la eternidad.