Extraño hoy todo lo que tuve ayer.
Por más daño que me haya hecho el pasado,
al despertar lo extraño todo.
Aunque contigo las mariposas ya no están,
ni los sueños son una fantasía de amor,
aun así podría ser feliz.
Me cuesta seguir respirando este lejano aire de melancolía,
porque detrás de la puerta de mi indiferencia se esconde algo más.
Por eso odio tantas cosas, más que ayer.
Odio la vanidad del ser humano, hasta la mía.
Y más odio no haber hecho tantas cosas.
Simplemente te extraño, no sé hasta cuándo.
Sigo noche y día, reprimida por solo pensar que ya no existe lo que ayer nos unía,
lo que solo nos hacia uno.
Hoy tomo el mundo como lo encuentro.
El universo entero es un jardín abandonado, desde aquella vez.
Solo tengo que aguantar esta compañía en soledad.
Aguantar mi propio fuego, que algún día se deberá apagar.