Hoy caminé a su lado
y me agradó mucho
que tomara mi mano
lo hizo con firmeza
pero sin hacerme daño
hasta sostener mi brazo.
Su mirada era tímida
y sus ojos traviesos
me observaban de lado
no lograba un minuto
mirarme de frente
sostener mi mirada.
Hacía mucho frío
el aire era helado
y como si quisiera
darme calor humano
me rodeó suavemente
hasta quedar abrazados.
Conversamos tanto...
cómo si nos conociéramos de años
creo que no hubo tema
que no hubiésemos tocado
no dejaba de reírme
de tus graciosos comentarios.
Fue una agradable compañía
quedamos en salir otro día
y al despedirnos por un rato
tomaste mi rostro en tus manos
y con una mirada tierna
rozaste mi boca con tus labios.