La insoldable verdad de la noche era hipnotizante
El recuerdo de sus labios era fascinante,
Todo en mi recordaba su solitaria pero mortifaga figura,
Caminando entre las horas prohibidas aquellas que los mortales
Hombres se serraban en sus propios sueños,
Buscando una cura para su soledad.
Miedo, muerte yo no las conocía aun pero
Mis labios si las conocían de gran manera,
Mis temores se cumplían, aquella dama que
Tanto había llamado en fatídicos sueños
Se hallaba frente a mi, mis manos no obedecían,
Mis pobres ojos deseaban estar serrados,
Pero con súbita fuerza desquiciada lograba retenerlos en su lugar.
Por que ahora no deseáis verme si más que nada lo rogaste,
Recuerdas aquellas noches en que llorabas en las sombras llamando
La muerte,
Hoy estoy contigo, solo eso me hizo temblar.
Pero su sombra se recostó en mi cama,.
Y no duermo cada noche perdónenme
Pero ya les he dicho todo, lo que no quería.
Hoy estoy dispuesto a acabar con todo,
Solo deciros que al sentir sus labios serán más que condenados
Si alguno oyere mi vos sentirá su presencia a su lado
Perdóneme, pero mi cuchillo es mi único amigo
Y lo clavare donde me lo indique ella,
Solo daros un concejo,
Si alguna vez a media noche golpean tu puerta, si vez a un desarrapado
Ser, que busca ayuda no abráis por favor solo eso adiós