GITANA DULCE

LAS PIEDRAS DE TU VIDA

Un experto asesor de empresas en gestión de tiempo, quizo sorprender a los asistentes a su conferencia.

Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: "¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?".

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: "¿Está llena?".

Todos respondieron afirmativamente. "¿De verdad?", dijo el, e inclinándose sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla, metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió: "¿Esta lleno?".

Esta vez los oyentes dudaron: "Tal vez no".

"¡Bien!" Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la gravilla.

"¿Esta llena?". preguntó de nuevo.

"¡No!", exclamaron los asistentes.

"¡Bien!", dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.

El frasco aún no rebosaba.

"Bueno. ¿Qué hemos demostrado?", preguntó.

Un alumno respondió: "Que no importa lo llena de compromisos que esté tu agenda, si trabajas con entusiasmo encontrarás siempre un espacio para agregar alguna otra cosa".

"¡No!", concluyó el experto. "Se nos enseña es que si no se colocan las piedras más grandes al inicio, nunca será posible colocarlas después".