Pablo Diaz

De vez en vez

Caído en vez primera,

 levántese, tres menos; ya

 que el mancebo cielo  

purgado se hace trisa y su

estruendo ensordece mis

 oídos.

 

Taimados cicerones,

 esculpen los reproches en

completo silencio y, en

nuevas hojalata, las hiedras

 que florecen al pecho del

herrero que forjó clabadijos

 para bueyes más viejos.

 

   Descansa satisfecho, al

pie de la ladera que sólo

anda la noche, el gemido 

 estruendoso que asoló

al silencio sacudiendo su gruta.

 

Caído en vez primera,

levántese, tres menos; alce

 su desconsuelo con la punta

del pie… mostrándole el

camino de regreso que hay

de vez en vez.

 

PABEDIZ.