J. L.
Llegaste suave, como los suspiros
Que llegan cuando el aire es suficiente,
Te quedaste muy dentro de mi cuerpo
haciendo surcos de amor en mi mente.
Elimine del mapa las distancias
me despoje de todas las respuestas
me puse la armadura de valiente
Y sali en pos de tu alma ,ya desierta
Te encontre donde te pensaba siempre
sentado en una silla de poeta
escuchando el dolor de muchas voces
haciendo tuyos miles de problemas
Sigues aqui, conmigo ,siento a diario
el sonido de tu voz,aun en tu ausencia
Quiero pensar que escuchas mis suspiros
Aun entre tantas voces cenicientas!