Agarrado a mi vida
vivo.
Enganchado a mis sueños
sueño.
Caminando senderos
sigo
y metido en tu alma
quiero.
Y si vivo y te sueño
y si sigo y te quiero
ya nada podrá cambiar
mis sentimientos sinceros,
porque sé que tú vendrás
a estrenarte con tus besos.
Porque tus besos pasados
no tenían porvenir,
ya que nunca conocieron
lo que es sentir y morir,
morir en un solo beso
para luego revivir.
Y es lo que yo te ofrezco ahora
para que seas feliz,
entre mis labios la brisa
que te haga a ti sonreír
y entre lágrimas y risas
suene el viejo violín
como suspiros que cantan
y que no encuentran su fin.
Enganchada a mis labios
besas.
En suspiros de amor
gimes.
Encunada en mis brazos
sueñas.
Incrustada en mi alma
vives.
Es liturgia en el amor
todo un rosario de besos,
en gregoriana canción,
con los coros de un “te quiero.”
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