Manuel Palacios

Déjame.

  

Un ramo de exquisitas flores

le brindo a tu sonrisa,

nardos, jazmines y claveles

que se convierten en caricias.

  

 

Delicadas manos blanquesinas

tus labios color de rosa,

en tu boca, viviente herida

mi muñeca primorosa.

 

Déjame buscar la ardiente savia,

que alienta toda la vida,

déjame buscar en tu pecho

el amor que en él se anida.

 

Deja que entre en tí

mis manos forajidas,

deja apresarte en mí

sin saber de otra partida.

 

Déjame decirte al oído

lo muchos que te amo,

tu anhelado amor solo te pido

para ser esclavo y amo.

 

Por:Manuel Palacios