Me dicen que en mis versos hay congoja
¿y cómo no tenerla? Si es por ellas
causantes de estas penas y querellas
donde mi corazón ya nada aloja.
Sólo el párpado al esperar se moja
de tanta incertidumbre…¡tantas mellas!
Que el odio se transforma en mil centellas
…este rencor tenaz que se deshoja.
Por eso he de beber de poco a poco
el llanto que en mis ojos se desprende
catarata infernal que en mi se anega…,
pero aún así las quiero –me desboco-
al recordarlas sé –que en mi se prende
este dolor que ya a vivir se niega-