Me llevas sin clemencia a tu borde
Te sigo a ti pertenezco,
La vaina de tu semilla dispersa
Queda en el huerto de mi cuerpo
Le riego con la lluvia de mi llanto;
Llanto de gozo eterno que en ti vivo.
Después la cosecha de cada mayo
El fruto maduro que alimenta el hambre;
Hambre de de tu existencia
El hambre de mi hambre.
(DER. RESEV.)
Maria